Nodulo tiroideo maligno ecografia



 

Ecografía de nódulos tiroideos benignos y malignos

Los nódulos tiroideos son muy comunes, especialmente en los EE.UU. De hecho, los expertos estiman que alrededor de la mitad de los estadounidenses tendrán uno a los 60 años. Algunos son sólidos y otros son quistes llenos de líquido. Otros son mixtos.

Dado que muchos nódulos tiroideos no presentan síntomas, es posible que la gente ni siquiera sepa que están ahí. En otros casos, los nódulos pueden crecer lo suficiente como para causar problemas. Pero incluso los nódulos tiroideos más grandes son tratables, a veces incluso sin cirugía.

La gran mayoría -más del 95%- de los nódulos tiroideos son benignos (no cancerosos). Si surge la preocupación por la posibilidad de un cáncer, el médico puede recomendar simplemente que se controle el nódulo con el tiempo para ver si crece.

La ecografía puede ayudar a evaluar un nódulo tiroideo y determinar la necesidad de una biopsia. Una biopsia por aspiración con aguja fina del tiroides puede recoger muestras de células del nódulo que, bajo el microscopio, pueden proporcionar a su médico más información sobre el comportamiento del nódulo.

Incluso un crecimiento benigno en su glándula tiroides puede causar síntomas. Si un nódulo tiroideo está causando problemas de voz o de deglución, su médico puede recomendar tratarlo con cirugía para extirpar toda o parte de la glándula tiroidea.

Nódulo tiroideo sospechoso, ecografía

Los nódulos tiroideos son muy frecuentes en la población general, y su prevalencia depende del método de identificación utilizado, encontrándose una alta prevalencia en el examen ecográfico (US), que oscila entre el 20% y el 76% en la población adulta (2). Los nódulos no palpables detectados en la ecografía o en otros exámenes de imagen se denominan «incidentalomas tiroideos» o «nódulos descubiertos incidentalmente».

Los nódulos tiroideos son más frecuentes en el sexo femenino, con una incidencia 4 veces mayor en las mujeres que en los hombres (3). Esta distribución puede explicarse por influencias hormonales, ya que el embarazo se relaciona con el aumento de tamaño y número de nódulos (4). Los nódulos tiroideos pueden determinar una disfunción de la glándula y síntomas compresivos por efecto de masa, pero la principal preocupación es descartar su malignidad.

El examen por ultrasonidos es una técnica de imagen segura, no invasiva y rápida: es suficientemente sensible para detectar nódulos tiroideos e identificar características sospechosas y puede utilizarse para planificar investigaciones posteriores y decisiones de gestión (5,6).

¿Puede un nódulo tiroideo benigno convertirse en maligno?

Resultados: De los 1.612 nódulos, 839 (52,0%) eran benignos y 773 (48,0%) eran malignos. Las AUC de la clasificación ACR-TIRADS, EU-TIRADS, Kwak-TIRADS y ATA fueron de 0,879, 0,872, 0,896 y 0,869, respectivamente. El Kwak-TIRADS tuvo el mejor SEN, NPV, ACC y AUC, mientras que el ACR-TIRADS tuvo el mejor SPE y PPV.

Conclusión: Los cuatro sistemas de estratificación del riesgo tuvieron buenos rendimientos diagnósticos (AUCs > 86%). Teniendo en cuenta su elevado SEN, NPV, ACC y AUC, creemos que el Kwak-TIRADS puede ser el sistema de estratificación de riesgo más eficaz en la población china.

Los nódulos tiroideos son muy comunes, con tasas de detección ecográfica del 50-60% (1). Sin embargo, las tasas de detección de nódulos malignos son significativamente menores, del 5 al 15% (2). La ecografía es la principal modalidad utilizada para obtener imágenes de los nódulos tiroideos, ya que es fácilmente accesible, no invasiva y rentable (3). La citología por aspiración con aguja fina guiada por ecografía (US-FNAC) es la técnica más eficaz y práctica para determinar si un nódulo tiroideo es maligno o si se requiere cirugía para establecer un diagnóstico definitivo (4). Debido a las complejas características de las imágenes de los nódulos tiroideos, se han desarrollado varios sistemas de estratificación de riesgos para estandarizar el procedimiento diagnóstico. Los sistemas de estratificación del riesgo que se utilizan habitualmente para clasificar los nódulos tiroideos son (1) la clasificación de la Asociación Americana de Tiroides (ATA), (2) el sistema de imágenes, informes y datos tiroideos (TIRADS) desarrollado por el Colegio Americano de Radiología (el ACR-TIRADS), (3) el TIRADS publicado por la Asociación Europea de Tiroides (el EU-TIRADS), (4) el TIRADS desarrollado por Kwak et al. (el Kwak-TIRADS), y (5) la clasificación de la Asociación Británica de Tiroides. Estos cinco sistemas de estratificación del riesgo se basan en un análisis exhaustivo de múltiples características ultrasonográficas, y permiten estratificar el riesgo de malignidad de los nódulos tiroideos y proporcionan una base para determinar la necesidad de la US-FNA.

Cáncer de tiroides

Antecedentes El uso generalizado de técnicas de imagen ha llevado a la detección más frecuente de nódulos tiroideos y, aunque la mayoría son benignos, el riesgo de malignidad en un adulto oscila entre el 7% y el 15%. Los médicos de cabecera (MG) deben ser capaces de evaluar los nódulos tiroideos y derivar los casos cuando corresponda.

Objetivo El objetivo de este artículo es poner al día a los médicos de cabecera sobre el manejo de los nódulos tiroideos basado en la evidencia, con especial atención a los nódulos neoplásicos, al tiempo que se destacan los cambios significativos en las directrices de la Asociación Americana de Tiroides de 2015.

Discusión Los nódulos tiroideos son frecuentes en la población general. Diferenciar entre un nódulo benigno y uno maligno puede ser un reto, y las directrices comunitarias han estandarizado los procedimientos de investigación, gestión y seguimiento. Las pruebas clave para la estratificación del riesgo de los nódulos tiroideos incluyen la prueba de la hormona estimulante del tiroides en suero, la ecografía y la aspiración con aguja fina. Los médicos de cabecera deben conocer las últimas recomendaciones basadas en la evidencia para el tratamiento adecuado de un nódulo tiroideo.